martes, 15 de marzo de 2011

TEXTO DE LOPÉZ AUSTIN.

Es difícil imaginar que las culturas no transmitieran sus conocimientos y formaran las convivencias de su población infantil y juvenil por medio de la escuela que eran especies de templos, instituciones de carácter religioso que concentraban a los niños y jóvenes para el servicio.
El culto a los dioses era ligado al trabajo en el que se instruía al individuo con discursos elaborando a partir del nacimiento y hasta el momento en el que el cadáver era desprendido de las joyas. Son varias las clases de escuelas que se mencionan en la lectura.
El calmécac lugar de la hilera de cosas, era destinado a la nobleza  a un qué no de forma exclusiva, había siete calmécac en toda la ciudad.
El tepochcalli, casa de los jóvenes, era la escuela en la que iban casi todos los plebeyos, eran numerosos pues se dice que existían unos diez o quince en cada barrio.
El ichpuchcalli casa de las doncellas, era la escuela femenina, es posible que las doncellas eran dedicadas a varios dioses.
El cuicacalli, casa de canto, iban los alumnos diariamente desde su escuela a recibir instrucciones de canto, de danza y formas muy elevadas de culto religioso. Así mismo la transmisión de conocimientos de todo lo histórico.



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